jueves, 29 de noviembre de 2012

RECUERDOS EN BLANCO Y NEGRO



Hacía más de diez años que estaba sentada en una silla de ruedas y los dos últimos, su visión la había dejado entre claroscuros. Su nieta era la única familia que le quedaba. Cada mañana era la misma rutina; oía como se levantaba, se duchaba y trasteaba en la cocina. Ella desde su cama escuchaba todos esos ruidos familiares, esperando que terminara con el ritual matutino.

Vió a duras penas como la puerta de su habitación se abría, percibiendo como la oscuridad se retiraba de la habitación hasta que se diluía entre las cuatro esquinas de su cuarto. Escuchaba como los pasos se acercaban a su cama y la voz de su nieta dibujaba una sonrisa dándole los buenos días, cogiendo su cara entre las manos y posando sus labios en su frente.

Cuando acababa de lavarla y vestirla, parecía que la había rejuvenecido hasta trasladarla a una época, dónde recordaba como su madre hacía lo mismo cuando ella era una niña. Recordaba como cada sábado, su madre se dedicaba a cambiar las sábanas de su cama, haciendo que la habitación se impregnada del olor a jabón y a hierba buena que desprendía la ropa limpia. Ese olor, siempre lo relacionó con su madre.

No sabia que su nieta hacia lo mismo con ella, los aromas que flotaban entre esas cuatro paredes, era la esencia de su amada abuela.

Cuando la peinaba, le ponía colonia fresca en las manos, ella las frotaba y se las pasaba por el cabello, su nieta siempre se acercaba para oler la colonia recién puesta, aspirando el aroma al mismo tiempo, que cerraba los ojos y sonreía.

Al ponerle un espejo delante para que intentara ver su imagen reflejada, lo cogió entre sus manos. Su nieta la miraba sin perder detalle y acariciándole los hombros le preguntó, si le gustaba lo que veía, su abuela con una sonrisa en la boca, donde hacia ya mucho tiempo que no exhibía dientes, movió su cabeza de arriba abajo, dándole la confirmación de que lo poco que veía le gustaba.

Sonrío con tristeza, al comprender que su visión no le respondía. Su abuela le devolvió el espejo y giro la cara hacia su nieta diciéndole.

Tu mundo es en color, en el mío, los recuerdos me devuelven las imágenes en blanco y negro.



2 comentarios:

  1. Con este relato me has llevado a épocas pasadas, a recuerdos de mi niñez y de como una fragancia vuelve a activar ese resorte del baúl de los recuerdos para dejar salir, las imágenes que tanto tiempo han estado guardadas.
    Gracias por deleitarnos con tus relatos.

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