Hace días que vago,
sin rumbo fijo, sin destino.
No sé donde esconderme,
no sé, ni por qué vivo.
Empezó sin previo aviso,
el mundo se vino abajo,
se hizo añicos.
¿Es este nuestro castigo?
No quiero vivir con miedo,
necesito un respiro.
Quiero pensar y no puedo,
y me pregunto si deliro.
Quiero sobreponerme, a este martirio,
creía tener unas manos fuertes,
tan fuertes como cadenas,
sirvieron de bien poco y esa ahora es mi condena.
Esas bestias sin corazón,
sin sentimientos, sin alma.
Me arrebataron lo que mas quería,
me arrebataron a Alba.
Luché por ella, por su vida,
la mía ya no importaba.
Todo mi mundo era ella,
todo lo que hice, no sirvió de nada.
Maté, arranqué corazones sin vida,
mientras ella me miraba.
Sus ojos eran serenos,
los míos, no tenían alma.
En su último hálito de vida,
tuvo tiempo para hablarme,
¡¡Mamá, mamá corre, corre!!
que yo no pueda encontrarte.
Llevo días sola,
sin poder hacer ruido.
¿Puedo ser como ellos?
¿Cómo será ese limbo?
Aquí, encerrada,
esperando mí destino.
Cada vez más dispuesta,
a encontrarme con los míos.
Mi cabeza ya no piensa,
mi corazón está vacío.
Y mi alma solo vuela,
a otros mundos baldíos.
Soy consciente, esa puerta,
no resiste sus envites.
Ya la veo entreabierta,
ya no hay escondites.
Ellos entran en tropel,
ya no me importa nada.
Mi muerte será cruel,
porque la primera... es Alba.
sin rumbo fijo, sin destino.
No sé donde esconderme,
no sé, ni por qué vivo.
Empezó sin previo aviso,
el mundo se vino abajo,
se hizo añicos.
¿Es este nuestro castigo?
No quiero vivir con miedo,
necesito un respiro.
Quiero pensar y no puedo,
y me pregunto si deliro.
Quiero sobreponerme, a este martirio,
creía tener unas manos fuertes,
tan fuertes como cadenas,
sirvieron de bien poco y esa ahora es mi condena.
Esas bestias sin corazón,
sin sentimientos, sin alma.
Me arrebataron lo que mas quería,
me arrebataron a Alba.
Luché por ella, por su vida,
la mía ya no importaba.
Todo mi mundo era ella,
todo lo que hice, no sirvió de nada.
Maté, arranqué corazones sin vida,
mientras ella me miraba.
Sus ojos eran serenos,
los míos, no tenían alma.
En su último hálito de vida,
tuvo tiempo para hablarme,
¡¡Mamá, mamá corre, corre!!
que yo no pueda encontrarte.
Llevo días sola,
sin poder hacer ruido.
¿Puedo ser como ellos?
¿Cómo será ese limbo?
Aquí, encerrada,
esperando mí destino.
Cada vez más dispuesta,
a encontrarme con los míos.
Mi cabeza ya no piensa,
mi corazón está vacío.
Y mi alma solo vuela,
a otros mundos baldíos.
Soy consciente, esa puerta,
no resiste sus envites.
Ya la veo entreabierta,
ya no hay escondites.
Ellos entran en tropel,
ya no me importa nada.
Mi muerte será cruel,
porque la primera... es Alba.
Tengo que decir
ResponderEliminarque la poesía no es mi fuerte
pero no podría vivir
sin comentar este poema de muerte
Muy bueno Azul, como todo lo que tu escribes.
Muchas gracias NAMOR, tampoco la poesía es mi fuerte, pero está me quedo aceptable.
EliminarBesitos