miércoles, 6 de febrero de 2013

¿Dónde está mi gato?



 


Hacía días que no se encontraba muy bien, el cuerpo le pesaba y sentía frío. Parecía que no pudiera concentrarse en algo concreto y su imaginación parecía que le jugaba malas pasadas. Al final del día, se dio cuenta de que sus pensamientos no trasmitían palabras, se trasladaban a imágenes y sensaciones. Rozaba objetos sin ser consciente de hacerlo con sus dedos, percibiendo formas y tamaños abstractos.

Sintió hambre, no sabía el tiempo que llevaba sin ingerir alimento alguno. Sé vio encaramado a una ventana, observo desde el exterior su propia casa. ¿Cómo podía ser posible, acaso estaba soñando?

Y su gato… ¿dónde estaba su gato?

Decidido a colarse por la ventana, saltó adentro. Se acercó a un bulto que yacía en la cocina, lo rodeo. Su espacio-tiempo florecía como un sueño vivido por otra persona, todo lo que observaba parecía que lo percibiera desde una altura no superior a un palmo. En ese momento supo que eran sus propios ojos los que observaban su cuerpo a través de los de su gato.

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